jueves, 31 de diciembre de 2009

Vampire Song Cap. 010.

-¿Ah, sí? ¿Y tú que tienes que ver con todo esto? -dije desafiante, acercándome.
-Porque cuando te desmayaste yo le dije que te amaba -gritó.
Me quedé sorprendida.
-Es una broma, ¿cierto?
-No -dijo en algo más bajo que un susurro, un humano no hubiera alcanzado a oirlo. Bajó la cabeza.
-Bien, me cansé, no puedo seguir contigo apareciendo en cada momento de mi vida, ¿ok? Seguiré con mis estudios y me graduaré, luego lo repetiré una y otra vez, ¿sí? Ésa será mi vida desde ahora, claramente sin ti.
-Hablo en serio, te amo y no entiendo cómo no me había dado cuenta antes -dijo-. Lamento no haberlo sabido antes y que ahora me odies por completo. Natalia se ganó lo que le pasó y... yo igual. Sólo recuerda que te estaré vigilando.
-Y si lo haces lo sabré, así que mejor guárdate tus comentarios y véte, ¿quieres?
-Sólo... sólo llámame y vendré.
-Adiós.
-Dana, te amo -dijo y salió por la ventana.
Recordaré esas palabras siempre. Cuando las dijo lo sentí sincero. Tal vez lo decía en serio pero no quería ser como Natalia, Joseph pasó toda su vida buscándola y cuando la encontró, simplemente se dió cuenta que no era como él lo había pensado, yo no quería ser así.
Espero y les haya gustado el final de temporada, la segunda temporada se estrenará el 1 de enero hehe mañana es qe qiero seguir escribiendo ya xDD

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Vampire Song Cap. 009.

-Oye, sobre que tú eres vampira, él me dijo que era una mentira.
-¿En serio te dijo eso?
-Sí.
En serio que Joseph se había vuelto loco. Había cambiado mucho las cosas pero, ¿para qué intentar cambiarlas si igual sería lo mismo?
-¡Oh!
-¿Es cierto? -me preguntó Steban.
-Sí -dije vacilante-. Sólo que, ¿no te gustaría ser vampiro?
-No -dijo pérdido en la nada.
-Cierto, tienes razón.
Me paré del sillón y fui hasta la puerta de entrada de mi casa. Joseph debió de traerme. Salí y caminé, poco después escuché unos pasos casi alcanzándome, no se necesitaba ser vampira para saber que era Joseph.
-¡Hey! ¡Hey! ¡Dana! ¡Espera! -decía corriendo como un humano lo haría.
Apresuré mi marcha.
-¿Qué quieres? -dije harta volteandome hacia atrás para encararlo.
-No lo sé -respondió tranquilamente-. ¿Un gracias, tal vez?
-Gracias -dije a la fuerza, me di media vuelta y seguí caminando pero Joseph me tomó del brazo.
-Dana... -otra vez igual. Lo volvió a decir. Del mismo modo en que lo había hecho cuando escapó de la habitación antes de que Steban llegara.
-¿Esta vez también vas a desaparecer después de decir mi nombre? -dije irritada.
Fue muy tarde ya que él se fue justo cuando terminé la frase.
-Lo supuse -dije en voz baja y seguí caminando.
¿Porqué Joseph aparecía como queriendo decir algo o disculparse, luego decía Dana y desaparecía? ¡¿Porqué?!
Estaba sentada de espaldas a la ventana en mi cama aparentando estar dormida para que Steban se siguiera creyendo el cuento de que a mí me gustaba fingir ser vampira.
Sólo miraba a un punto fijo.
Sentí la brisa del aire cuando la ventana se abrió.
-¿Qué quieres ahora? -pregunté sin mirar hacia atrás. Sabía perfectamente quién era... de nuevo.
-Sólo quiero hablar contigo. Tranquilamente. Como amigos.
-¿Y quién dijo que lo eramos?
-Vamos, Dana. No puedes estar enojada conmigo toda la eternidad.
-Obsérvame -dije desafiente volteando por fin hacia Joseph.
Me paré y lo empujé hasta la ventana.
-No -dijo y se paró en seco. Mis intentos de sacarlo de mi actual casa eran inútiles. Él era un vampiro fuerte, más fuerte que yo-. No me iré hasta que podamos hablar como gente civilizada.
-Ese es el problema: no somos gente civilizada, no somos gente para simplificarlo. Y como dijo Steban cuando le dije que si no le gustaría ser vampiro: "no".
-¿Planeabas convertirlo? -dijo alejándose de mí.
-No, sólo seguí tu jueguito de "nunca estuve con Natalia". Y entonces para que él siguiera creyendo que yo no era vampiro, dije que fingía serlo y para conseguir más credibilidad le dije que si no le encantaría serlo. ¿Ahora quieres decirme porqué le dijiste todas esas mentiras?
-Eso es a lo que vine, pero tú no me dejabas. Él no tiene que saber nada sobre ti, él conoce a Natalia, te pondría en peligro si le dijera la verdad.
-Natalia se fue, ¿no? Entonces no hay nada de qué temer, ¿cierto?
Vi la cara de Joseph que decía: "Em... sí".
-¿Cierto? -volví a preguntar.
-Ella huyó -dijo acentuando la palabra "huyó".
-Exacto, quieres decir que escapó. Tiene miedo, entonces. No volverá.
-Natalia con miedo es muy raro de ver.
-¿Osea que no se fue? -pregunté aterrorizada.
-No, ella se fue, pero tengo más que claro que va a volver para matarte. Ella no pudo soportar que yo haya decidido no matarte.
-Oh, sí, gracias -dije sarcásticamente.
-Ella te odia por mi culpa.
-¿Ah, sí? ¿Y tú que tienes que ver con todo esto? -dije desafiante, acercándome.
-Porque cuando te desmayaste yo le dije que te amaba -gritó.

martes, 29 de diciembre de 2009

Vampire Song Cap. 008.

-No puedo... -dijo Joseph en un hilo de voz. Por un momento creía que no podía matarme porque el era incapaz de matarme A MÍ; porque me amaba. Pero luego me retracté cuando dijo: -... yo no sería capaz de matar a nadie. Creí que seguiría llorando, pero mis lágrimas pararon... esa fue la última vez que lloré.

Entonces todo paró. Mi mundo se llenó de horribles chillidos dentro de mi cabeza. Eso era lo que yo no quería. Joseph podía matarme y Natalia hacerme lo que quisiera. Incluso dejaría que Joseph me matara pero no que no fuera nada para él. Que al menos supiera que yo existía.
Creí que había dejado mi etapa de adolescente y niña caprichuda atrás, pero me daba cuenta de que lo que dicen muchos es cierto: "Serás un niño por toda tu vida". Incluso cuando intentes no serlo.
-No... no -me decía a mí misma. El dolor que experimentaba era indescriptible, incluso dolía más que la conversión. Perforaba mis sentidos y evitaba que escuchara las risas de Natalia. Joseph. Sólo conseguía ver sus hermosos ojos. Esos ojos que había visto el primer día de mi nueva vida.
Era tarde para recordar esos momentos pero aún los seguía viendo en mi mente, incluso sabiendo que mis ojos estaban cerrando.
Me sentía tan indefensa.
Moriría. ¿Pero por qué tenía que demorarse tanto ese momento? ¡¿Por qué?!
Todo se movía, no conseguía captar nada. Mis ojos no sabían qué ver. Entonces, por segunda vez, todo paró.
Cuando desperté, estaba sentada.
-¿Qué pasó? -pregunté. Obviamente no obtuve respuesta. Al menos eso creí.
-Natalia estuvo a punto de matarte -dijo una voz muy conocida.
-¿Y cómo no lo pudo hacer, Joseph?
-La detuve.
-¿Qué?
-Sí, le pedí que no te matara. Ella huyó.
-Wow.
Hubo unos minutos en los que nadie habló.
-Dana... -empezó a decir pero luego paró. Luego huyo, como él dijo que había hecho Natalia. Después de todo tenían mucho en común.
No hice nada para detenerlo. ¿Para qué? ¿Para volver a pasar todo de nuevo? No, no lo creo.
Mi cuerpo ya no tenía lágrimas para llorar, no podía y no voy a poder en todo lo que reste de mi, se podría decir, vida.
-¿Dana? -preguntó alguien que entró momentos después por la puerta que conducía de la cocina hacia la sala, donde yo estaba sentada.
-Hola -dije fingiendo una sonrisa.
-Despertaste -dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
-Eso creo -dije yo. No planeaba destruir la felicidada de Steban por todo lo que me había sucedido. Tal vez él ni siquiera entendía todo lo que pasaba en el mundo vampírico, tal vez él no supiera todo lo que había pasado.
-Qué genial que despertaste. Jonathan dijo que te habías desmayado.
-¿Jonathan? -pregunté. ¿Quién era Jonathan?
-Sí. El chico que estaba contigo en el restaurante.
¿Restaurante?
-Oh, sí -mentí-. ¿Y qué haces aquí? -agregué, intentando cambiar de tema.
-Jonathan me habló. No tengo idea de cómo consiguió mi número.
-¿Ah, sí? ¿Y Natalia? -pregunté.
-¡Oh! ¿Sabías que Jonathan es un vampiro? En realidad me cayó muy bien a diferencia de Natalia.
-Es porque no sabes lo que come.
-Ya sé, ya sé. Pero no creo que me haga daño. Oye, sobre que tú eres vampira, él me dijo que era una mentira.
-¿En serio te dijo eso?
-Sí.
En serio que Joseph se había vuelto loco. Había cambiado mucho las cosas pero, ¿para qué intentar cambiarlas si igual sería lo mismo?


hehe ok no subi aiier pero aqee subii al diia siiguiiente, oiigan sii alguiien me puede hacer propa en su blog, les agradeceria mucho y los recomendaria en el miio, pero x fas apoyenme y diganme si me hacen propa va? los qiero mucho! adios!

lunes, 28 de diciembre de 2009

Vampire Song Cap. 007.

-Joseph, tú me amas, pero estoy empezando a dudar. ¿Podrías decirme quién es la más importante para tí? -dijo Natalia fingiendo estar enojada, cosa que Joseph no pudo descifrar en sus ojos.
-Natalia, sabes que tú eres la más importante para mí.
-¿Ah, sí? Demuéstramelo.
-Natalia... -empezó Joseph pero Natalia no lo dejo terminar.
-Mátala -dijo Natalia viéndome a los ojos con odio.

-¿Qué? -dijo Joseph desconcertado.
-Lo que escuchaste -dije a punto de que las lágrimas fluyeran de mis ojos.
Él dejó de ver a Natalia y volteó hacia mí en cuanto hablé.
-Vamos, sé que lo harías... por ella -dije. Lo último que quería saber era de ella o de él, si moría tal vez fuera bueno. Me iría de este mundo y no tendría que soportar más el exquisito de la sangre humana-. Anda, prometo dar buena batalla, aún sabiendo que de todas formas moriré.
Mi ropa estaba desgastada ya, yo era vampira pero mi ropa no era a prueba de cosas anti-indestruibles como la maldad de Natalia. No tenía nada en este mundo, nada material que en realidad importara, ningún familiar, ni siquiera la muerte tenía segura en esta vida, pero en el momento en el que vivía estaba segura que sí.
Mi corta vida pasó por mis ojos tan rápido que casi no me doy cuenta de que viví una vida feliz en estos años que había vivido. Todo pasó frente a mí. Aunque recordara muy poco de mi vida como humana, lo que recordaba como cosas felices como mi cumpleños, mi graduación de la secundaria, etc. También otro recuerdos de mi vida como vampira como el beso con Joseph, el primer día que lo vi, además de la tristeza de haber pasado mis últimos años tratando de encontrar a alguien que, ahora me daba cuenta, no quería encontrar.
Dana Roberts no estaba aquí, en realidad ella se había esfumado hace años, cuando ese ser que estaba parado en frente de mí me convirtió en algo despreciable. Parecía una chica de 19 años, tonta, inmadurada y fácil para cualquiera, pero Joseph sabía que no era así.
Aún cuando yo sabía que Joseph iba a matarme por Natalia, lo seguía amando, no tanto pero ¿de qué servía? Iba a morir, no tenía nada de bueno empezar a olvidarme de él.
Y lo tenía más claro que la muerte: iba a morir y al lugar que fuera lo iba a extrañar toda la muerte y nunca lo olvidaría, sé que estaría en un mejor lugar si me iba ahora.
-¡Mátame! -grité y mis lágrimas comenzaron a correr más rápido por mis mejillas.
-No puedo... -dijo Joseph en un hilo de voz-.
Por un momento creía que no podía matarme porque el era incapaz de matarme A MÍ. Pero luego me retracté cuando dijo:
-... yo no sería capaz de matar a nadie.
Creí que seguiría llorando, pero mis lágrimas pararon... esa fue la última vez que lloré.
Sorry, es que el cargador que se supone que carga, no cargaba mi laptop, entonces se le acabó la batería y tuve que mandarla con el señor que la iba a arreglar pero se tardo mucho y no podía subir capítulos, pero haré lo imposible para subir otro cap. hoy ¿va? Chao.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Vampire Song Cap. 006.

En ese momento fue cuando me dí cuenta de la verdad. Ella sabía que yo existiría, que sería su descendiente y que llegaría ese mismo día al lugar en el que ella estaba. Donde yo estaba este mismo instante...
Una mano me sostuvo, muy débil, entonces supe que quien me tomaba no era un vampiro... pero lo supe demasiado tarde.
-Así que has estado con Joseph, ¿cierto?
-Sí, Natalia. ¿Tienes algún problema? -dije desafiante mientras un vampiro y un humano me agarraban las manos por la espalda y yo quedaba frente a frente con Natalia.
-No... no... no -dijo pensativa y con una sonrisa-. En realidad, me parece excelente. Si has estado en compañía de él por más de 10 minutos, él vendrá por tí. -Rió y sentenció:- O al menos te buscara durante toda la eternidad.
-Él no se merece buscarme por toda la eternidad. Mátame si es lo que quieres, pero házlo ya.
-Mmm... déjame pensarlo: no... Te necesito viva... al menos por un tiempo.
Me llevaron a una celda, increiblemente no pude salir de ahí. Era un material que nunca antes había tenido la desgracia de conocer. Me di por vencida después de darme unos buenos golpes con el metal.
No había nada en la celda. Estabamos a, creo, 5 grados bajo cero y yo apenas traía un shorts y una blusa de tirantes rasgada por la parte de mi ombligo, se había roto gracias a los empujones contra las rejas.
¡Ay, pero que estúpida eres Dana!, pensé.
En serio no se me había ocurrido irme por la parte de la pared. Sólo pensé salir por las rejas y no por los ladrillos. Qué estúpida fui. Tal vez hubiera sido una buena idea si la hubiera pensado antes, ahora me sentía algo debastada. Nunca debí haber pensado en el futuro, en lo que podía pasar, en lo que pasaría, porque no sabía qué, pero había algo que me decía que lo que pasaba por mi mente sucedería si no hacían algo rápido, y lo peor era que, desgraciadamente, no dependía de mí...
Antes de poder pararme y romper la pared para escapar, oí unas voces cerca de mí.
-Sabía que nunca debí de confiar en tí -dijo Natalia-, debí matarte en cuanto te ví.
Sabía que a Joseph le dolían esas palabras. Sabía que él la amaba... Sabía que él nunca me amaría.
¡Por Dios, Dana! ¡En qué estás pensando! ¿Joseph... y tú? Es imposible. Deja de hacerte ilusiones, ¿quieres? Pero... ¡ash! ¡Olvídalo ya!
-¿Dónde está Dana? -dijo Joseph.
-¿En serio te importa o sólo quieres terminar con esto de una vez por todas y dejar que ella viva mientras tú sigues buscandome sabiendo dónde estoy? -dijo Natalia.
-Eso no te interesa.
Me decidí y rompí la pared. Corrí hacia ellos.
Eso es imposible, traté de mentirme, Joseph nunca la besaría sabiendo que yo estoy aquí.
Corrí hacia donde estaban ellos. A medio camino empecé a caminar. Llegué a donde estaban y me impactó lo ví. Joseph... Joseph no podía hacerme esto. Él sabía que lo amaba, ¿porqué me hacía esto?
Aplaudí tratando de contener las lágrimas.
-Hacen... una muy bonita pareja -dijo entrecortadamente.
En ese momento se separaron.
-Dana... -empezó Joseph.
-No, mira, yo sabía que tú amabas a Natalia pero nunca pensé que serías capaz de besarla cuando sabías que yo estaba presente, cuando sabías... -se me cortó la voz. No pude terminar la frase, era imposible creer que llegué a tal punto de engañarme tan bien como para creer que tal vez yo le gustara a Joseph... aunque fuera un poquito.
-Dana, lo siento -dijo Joseph.
-Joe... -dijo Dana.
-Sabes que no me gusta que me digan Joe, Natalia.
-Lo siento. Joseph, tú me amas, pero estoy empezando a dudar. ¿Podrías decirme quién es la más importante para tí? -dijo Natalia fingiendo estar enojada, cosa que Joseph no pudo descifrar en sus ojos.
-Natalia, sabes que tú eres la más importante para mí.
-¿Ah, sí? Demúestramelo.
-Natalia... -dijo Joseph
-Mátala -dijo Natalia decidida viéndome a los ojos.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Vampire Song Cap. 005.

-No es sorpresa, algo así pensaba antes de que me dijeras.
-Natalia Roberts... -empezó y después se le quebró la voz, dejó de hablar y comenzó de nuevo:- Todo lo que te dije es mentira. Natalia fue quien me convirtió, ella fue quien escapó pensando que me había matado y creyendo que la encontrarían y la matarían. Ella nunca me amo, más sin embargo yo sí. Ella hizo lo que Steban dice, lo vi en sus ojos. No pensé que llegaría tan lejos, pero me equivoqué y aún así es imposible que la siga amando...

-Pero aún así la sigues amando.
-Al igual que tú -dijo mirando y con una sonrisa en su rostro.
-Porfavor, ¿de qué estás hablando? Yo no amo a Natalia -dije.
-No, al igual que tú amas a Steban.
¿Qué? ¿Él creía que yo amaba a Steban?
-Ja, ¿en serio crees eso?
-Sí, vi ese sentimiento en tu mirada cuando estabas con él.
-¿En serio no te estás dando cuenta de lo que siento? -dije acercándome a él.
-No -dijo en un susurro, claro susurro para los vampiros.
-¿Entonces te lo demuestro? -dije y lo besé, él no se lo imaginaba y no pudo apartarse aunque no creo que quisiera hacerlo.
Entonces reaccioné y me separé.
-¿Qué pasa? -dijo Joseph al ver que yo me separa tan repentinamente.
-Lo siento, perdón -me disculpé-. No era mi intención, me dejé llevar.
-¡Eit! Tranquila. Tú no tienes la culpa. Fui tan tonto al no darme cuenta de que estabas enamorada de mí y también fui un tonto al dejar que me besaras...
Cuando dijo eso me rompió el corazón. Sabía que él no quería que lo besara pero no creía que fuera capaz de decirmelo.
-¡No! ¡Te equivocas! No fuiste un tonto, sigues siendo un tonto.
Me fui de ahí rápidamente, él me siguió pero después se dio cuenta de que nunca me iba a alcanzar, era demasiado rápida. Debí de darme cuenta antes, no sé como no lo sabía.
Tendría que enfrentar a Natalia sola. No me importaba. No era necesario pedir ayuda. Podía yo sola, nadie tenía que auxiliarme. Nadie. Ni siquiera el chico que me metió en esta pesadilla de la que es imposible salir.
Seguí el rastro de Steban y llegué al escondite de Natalia. No había por qué esconderme... ella sabía que yo estaba ahí.
En ese momento fue cuando me dí cuenta de la verdad. Ella sabía que yo existiría, que sería su descendiente y que llegaría ese mismo día al lugar en el que ella estaba. Donde yo estaba este mismo instante...

martes, 1 de diciembre de 2009

Vampire Song Cap. 004.

Estaba sentada en una banca de un parque en París cuando escuché a unos muchachos hablando de mí.
-¿Cuánto a que la invito a salir? -dijo uno de ellos.
-Ja, nunca te haría caso. Ni su número creo que puedas conseguir -dijo el otro.
-¿Cuánto apuestas a que mínimo su número consigo?
-Ja, si lo consigues te pago un helado, sino me pagas uno tú a mí.
-Está bien.
Estrecharon sus manos y el chico que habló primero se acercó a mí creyendo que yo no había escuchado nada.
-Hola, soy Steban.
Sonreí falsamente.
-Mucho gusto -dije.
-¿Cómo te llamas tú? -dijo al ver que yo no le dije nada.
-Dana.
-Lindo nombre.
-Gracias -dije por educación.
Sonó su celular.
-Rayos -maldijo en voz baja, claro que yo oí-. ¿Bueno?... No... Brenda no quiero ir... No me interesa... ¿Dónde está Natalia?... ¡¿Qué?! ¡Esa chica está loca!... No... -bajó la voz ignorando que lo escucharía-. No por que sea vampira Natalia y nadie sea capaz de retarla va a morder a mi primo, esa chica está loca. Todo por la depresión de ese tal Joseph. Odio oficialmente a Natalia Roberts -dijo y al instante colgó.
-¿Joseph? -pregunté en voz alta-. ¿Natalia Roberts? ¿Vampira?
Steban volteó a verme sorprendido de que lo haya escuchado.
-¿Escuchaste eso? Pero yo nunca dije algo parecido -dijo creyendo que me la iba a creer.
-He estado buscando a Natalia por más de 5 años. ¿Cuántos años tiene?
-No quiero involucrarte. Si bien es una vampira, es muy cruel, la típica vampira chupasangre.
-Ja, yo soy una vampira -no sé de dónde tomé las fuerzas para decir eso, pero lo dije.
-Oye, ¿eres una vampira? No te creo.
-En serio.
-Hace un rato comías helado.
-Natalia también puede.
-¿Natalia? No creo que pueda ya que todas las noches cena a alguien.
-Si quieres puedo cenar a alguien también hoy en la noche para que veas que no miento...
Puso una cara de espanto que me hizo reír.
- ... o claro podrías creerme y dejarlo todo así.
-Me quedo con la segunda opción.
-Siempre funciona -dije quiñandole un ojo.
Al fin encontraría a la tal Natalia, a la chica que le rompió el corazón a Joseph (claro si se puede decir que los vampiros tienen corazón).
-¿Dónde está Natalia? -pregunté.
-Acompáñame.
-No vallas -escuché. Claramente era la voz de Joseph.
Me paré en seco y volteé para todos lados.
-Joseph, sal de donde estés o iré a sacarte.
-Dana, ¿estás bien? -preguntó Steban.
-Sigue, yo te seguiré de lejos en un rato. Tengo que buscar a alguien.
-¿Otro vampiro? -dijo con sufrimiento.
-¿Te ha hecho algo Natalia? -pregunté.
Levantó su mano y se arremangó la camisa. Vi una herida en su antebrazo. Tenía la forma de colmillos de vampiro.
-Estuvo a punto de matarme -dijo Steban.
Lo tomé del brazo y examiné la herida.
-Es por eso que vengas aquí, ahora Joseph -dije en un volumen que Steban no conseguiría escuchar.
-Adelante -él se mostró confunfido, lo dije más claro:-¡Vete!
Steban caminó, sería fácil seguir su rastro.
-¿Ahora te atreverías a mostrar tu cara cobarde? -pregunté a la nada estando segura de que Joseph me escucharía.
-Aquí no. No me he alimentado y quisiera que fueramos a un lugar menos concurrido.
-Como quieras -dije fastidiada.
Él sabía de lo que era capaz Natalia y no me lo había dicho nunca.
Natalia Roberts. Es algo mío y quisiera que no fuera así. ¿Qué pasaría si supiera ella que yo era parienta suya? ¿Tomaría en cuenta no matarme? No lo creo. Estuvo a punto de matar a Steban, un completo desconocido. No era tan diferente conmigo. También yo era una completa desconocida.
-¿A dónde quieres ir, Joseph?
-¿Qué tal a u departamento? Sé dónde queda.
-¿Me has estado siguiendo?
-¿En serio no te habías dado cuenta? Así no podrás pelear con Natalia.
-¿Entonces no estás de su lado?
-Aún no creo que ella haya sido capaz de hacerle tal cosa a tu amiguito Steban.
-No es un amigo, es un conocido.
-Un conocido muy conveniente, ¿cierto?
-Sí, ¿pero eso a ti que te importa?
-Mucho, ya que es conocido de Natalia también.
-Sí, Natalia es muy importante en estos momentos, ¿verdad?
-Sí, ¿porqué? ¿Estás celosa?
Iba a responder cuando se me adelantó:
-No, claro que no, tú no sientes más que odio hacia mí.
Todo lo que siguió del camino ibamos en silencio; él a metros de mí, yo a metros de él.
Llegamos a mi departamento y al fin nos encontramos frente a frente. Lo miré. Me miró. No le di importancia y saqué las llaves.
-¡Por Dios! En serio te has acostumbrado a actuar como humana, estoy seguro de que ya ni siquiera hueles las toneladas de sangre que se encuentran a tu alrededor.
-Ese es el plan -dije sumida en mis recuerdos. Muy pocos debería decir.
Abrí y entramos. Antes de que pudiera haber dicho algo, él habló:
-Has... estado tratando de desenterrar tu historia, ¿cierto? -dijo. No era cierto, en realidad trataba de desentrerrar la de Natalia y no había encontrado nada en estos cinco años... hasta hoy.
-Sí -decidí decir, veamos que tiene para decirme.
-Natalia es tu tatarabuela.
Eso que dijo ya me lo imaginaba, no así, pero algo parecido.
-No es sorpresa, algo así pensaba antes de que me dijeras.
-Natalia Roberts... -empezó y después se le quebró la voz, dejó de hablar y comenzó de nuevo:- Todo lo que te dije es mentira. Natalia fue quien me convirtió, ella fue quien escapó pensando que me había matado y creyendo que la encontrarían y la matarían. Ella nunca me amo, más sin embargo yo sí. Ella hizo lo que Steban dice, lo vi en sus ojos. No pensé que llegaría tan lejos, pero me equivoqué y aún así es imposible que la siga amando...

sábado, 21 de noviembre de 2009

Vampire Song Cap. 003.

-Lo lamento -dije sinceramente-, pero hay algo que no comprendo, ¿porqué cuando salí llorando del cuarto dijiste que yo era Natalia?
-Creo que me he aferrado un poco al recuerdo de ella.
Estábamos sentados en un tronco de un árbol que Joseph había derribado.
-Se supone que nosotros no podemos llorar, pero al parecer Natalia y tú sí. También pueden comer alimentos humanos. Yo he sobrevivido tomando sangre que he hurtado de los hospitales.
-¿Puedo sobrevivir comiendo comida de humanos?
-Sí, tienes suerte.
Se paró del árbol.
-Puedes irte si quieres -dijo y movió la cabeza señalando hacia adelante-. Anda prometo no molestarte de nuevo.
-Lo siento -dije y acto seguido me paré.
-Es mi problema, no el tuyo -dijo tratando de sonreír aunque el comentario había parecido algo grosero. También veía en sus ojos la carga que debía ser llevar el secreto de ser un monstruo sola. Por un momento imaginé en la idea de quedarme junto a él pero pensé que sería mejor recaudar información de Natalia.
Suspiré.
-Un placer conocerte -dijo extendiéndome la mano par que yo la estrechara.
-Igualmente Joseph -estreché su mano y lo abracé, no sé de dónde tomé las fuerzas para abrazarlo.
-Adiós -dijo cuando nos habíamos separado.
-No -dije. Él pareció confundido-. Nos vemos pronto.
Sonreí y él también.
Le di la espalda y caminé sin voltear al pasado hacia mi nueva vida...
¿A dónde iría? A un restaurante, obviamente. No podía ir a ninguna otra parte aunque ya me haya alimentado. Dejé de respirar y comí. No sentía el sabor de los alimentos, era como si sólo comiera.
Salí del restaurante y respiré. Ya podía respirar normalmente. Cerré los ojos y suspiré: amaba ser yo misma, no el monstruo que había devorado a aquel pobre hombre en un par de segundos.
Pasaron dos semanas, me inscribí en la universidad del pueblo en el que me hospedaría por unos años.
Conseguí un trabajo y una casa para no despertar sospechas. Aún no empezaba a ir a la universidad, eran vacaciones.
Pensé en lo que me había dicho Joseph. Joseph. Bueno, en realidad pensaba en él. Fue tan romántico al relatar la historia suya con Natalia. Supongo que él nunca la podrá olvidar. Es más, sé que jamás la olvidará, así que es mejor no hacerme ilusiones. ¿Dónde estará Joseph, por cierto? Aghh, daba igual.
Saqué las llaves de mi bolsillo y abrí la puerta de mi casa. Mmm... podría empezar la universidad en un año o dos, además, según lo había dicho Joseph: eramos inmortales.
Decidí cursar la universidad más adelante y mejor ir recopilando información de Natalia. Joseph dijo que vivía en Europa, exactamente España.
Busqué dos años enteros en todo el territorio de España y después una parte de Europa. Había cumplido 22 años, es decir dos años como monstruo. Desde hace dos año que Joseph me convirtió en lo que soy. Desde hace dos años que no le he visto, hace dos años que no cruzó una palabra con él.
Seguí buscando personas que conocieran a Natalia por cinco años, supongo que iba a ser imposible ya que ella vivió hace más de dos siglos. Tengo 27 años y no he encontrado a nadie aún...

viernes, 20 de noviembre de 2009

Vampire Song Cap. 002.

-¿Quién es Natalia? -pregunté.
-Era una chica genial -dijo Joseph perdido en sus propias palabras-. La conocí cuando íbamos a la escuela. Allá por 1808.
-¿1808?
-Soy inmortal.
-¿Porqué eso ya no me parece raro?
-Vivíamos en España. Era muy linda, parecida a ti -dijo ignorando mi comentario sarcástico-. Todo iba muy bien; de maravilla. Yo tenía 20 años y ella 19. Ya teníamos planes de boda.
Hubo un silencio en el que él se quedó viendo a la nada mientras yo contemplaba su rostro perfecto. Pasó una hora según mis cálculos.
-Todo se arruinó en una noche de luna llena. Oí unos aullidos y Natalia se asustó. Le dije que iría a revisar afuera. Me dijo que no fuera. Era como si ella supiera algo más.
Hizo una pausa y me obligué a insistirle.
-¿Qué paso?
-Salí a averiguar qué pasaba cuando vi a un hombre y a un lobo peleando. Quise ayudar al hombre y él se abalanzó sobre mi cuello. Lo siguiente que recuerdo fue un dolor intenso recorrer cada parte de mi cuerpo y después morder el cuello de Natalia y que ella cayera al suelo gritando y retorsiéndose de dolor. Corrí lo más rápido que pude, quería ocultarme de mi amor. No quería que me viera convertido en un monstruo.
-No querías... -hice un pausa corta y me obligué a continuar- que ella te viera haciendo lo que yo hice hace unos momentos, ¿cierto? -terminé en un susurro inaudible para lo humanos.
-Exacto -dijo-. La espiaba, nos volvimos a encontrar y vivimos un tiempo juntos. Nada de comprometernos o algo por el estilo, el amor nuestro desapareció en cuanto yo me convertí en lo que soy.
Suspiró.
-Decidí irme, supe después que se había casado y tenido a tres hijos, una niña y dos niños. Luego Natalia salió en los periódicos. Recuerdo muy bien lo que decía la nota. Era la principal: "Se encuentra a mujer de paradero desconocido desprendida de su cabeza". Es la única forma de matar a un vampiro.
Vampiro. Era la palabra que buscaba desde que maté a aquel hombre que estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado.
-Lo lamento -dije sinceramente-, pero hay algo que no comprendo, ¿porqué cuando salí llorando del cuarto dijiste que yo era Natalia?

jueves, 19 de noviembre de 2009

Vampire Song Cap. 001.

¿Cuánto tiempo he estado aquí? ¿Qué ha pasado?

-Hola, veo que ya te levantaste -dijo un chico entrado por la puerta.
Un chico desconocido. Me levanté lo más rápido posible, demasiado rápido para mi gusto, pero lo extraño fue que no me mareé.
-Tranquila. Soy Joseph. ¿Te llamas Dana?
-Ajá -fue lo único que se me ocurrió decir. Estaba algo confundida.
-Danny, ¿te importa si te digo así?
-No.
Relajé un poco la postura.
-Genial -dijo Joseph. Sonrió falsamente y me indicó con el dedo una puerta.
-¿Qué hay ahí? -pregunté desconfiada.
-Recuerdos.
-¿Recuerdos?
-De tu vida.
-¿Mi vida?
-Sí, anda, entra -me alentó.
Tomé un poco de aire y di unos pasos hacia la puerta. Tenía miedo de saber qué había detrás de aquélla puerta misteriosa que Joseph decía que contenía recuerdos. Cuando abrí la puerta olvidé todo, presente, pasado, futuro, todo se borró de mi memoria, sólo existían esos recuerdos que había dicho Joseph. Mi madre; Jenni, mi mejor amiga; mi padre disparandose con una pistola: ningún recuerdo bueno. Un mareo repentino llegó a mi pero se fue más rápido aún de lo que llegó. Empecé a llorar.
-¿Estás llorando? -preguntó extrañado Joseph.
-Sí, ¿cómo quieres que no llore con lo que me has mostrado?
-Es que... -sonrió ampliamente-, al fin te he encontrado... después de décadas... al fin... -me abrazó y yo estaba en shock, ¿porqué me abrazaba? ¿porqué decía que me había encontrado?-.
-¿Eh? -dije pero él me ignoró.
-Natalia te he estado buscando por más de 140 años, no sabes qué lento pasa el tiempo si buscas a alguien que después de 54 años te resignas a encontrar. Lloraría si pudiera.
-¿Natalia? Yo no soy Natalia, no sé con quién me confundas, bueno de hecho sí, con esa Natalia, pero yo no la conozco. No tengo idea de quién es Natalia.
-Tú eres Natalia -dijo con una risita.
-Estás obsecionado con Natalia y entíendelo yo-no-soy-ella.
Corrí lo más rápido posible, al parecer muy rápido. Pasaba todo rápidamente y aún así no tropezaba con nada. Era increíble. Algo captó mi atención, un olor extrañamente rico y que definitavemente no había olido en los 18 años que tenía viviendo. Corrí aún más rápido hacía donde provenía el olor. Al darme cuenta de lo que era traté de detenerme pero había llegado demasiado cerca de ese pobre hombre.
Dejé de respirar...
Pensé que sería imposible pero logré no respirar, luchaba contra mis instintos como podía pero sabía que no sería suficiente. Di un paso hacia mi víctima. No pude más y respiré ese riquísimo olor, en seguida mis sentidos reaccionaron y corrí hacia el hombre, él no me había visto pero en cuanto estuve al lado de él me escuchó. Sentí un brazo tratando de contenerme, en vano, pero lo intentaba. Joseph no podía detenerme, simplemente no podía, el hombre corrió, a mi no me importó sabía que lo alcanzaría si me lo proponía. Al fin logré zafarme del fuerte brazo de Joseph y corrí hacia el hombre, lo tomé y le partí el cuello, de él brotó sangre que bebieron mis labios con gusto, nunca antes había probado algo similar, era algo tan delicioso, él hombre murió devorado por mí.
Escuché unos aplausos pausados.
-Bravo -dijo Joseph algo disgustado.
Solté el cadáver... ya me había alimentado.
Bajó de la roca en la que se había aparecido y vino hacia mi lentamente.
-Tú no eres Natalia, mi Natalia nunca haría eso. Lo único que hice es hacer otro monstruo más en este mundo. Te dejaré seguir tu camino, espero y no sigas así.
-¡Joseph! -imploré.
-¿Qué quieres? -dijo frío e indiferente, en este tiempo que he estado con él no lo había visto así.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Pero rápido, no tengo tu tiempo.
-¿Quién es Natalia? -pregunté antes de que terminara de hablar.