viernes, 4 de diciembre de 2009

Vampire Song Cap. 005.

-No es sorpresa, algo así pensaba antes de que me dijeras.
-Natalia Roberts... -empezó y después se le quebró la voz, dejó de hablar y comenzó de nuevo:- Todo lo que te dije es mentira. Natalia fue quien me convirtió, ella fue quien escapó pensando que me había matado y creyendo que la encontrarían y la matarían. Ella nunca me amo, más sin embargo yo sí. Ella hizo lo que Steban dice, lo vi en sus ojos. No pensé que llegaría tan lejos, pero me equivoqué y aún así es imposible que la siga amando...

-Pero aún así la sigues amando.
-Al igual que tú -dijo mirando y con una sonrisa en su rostro.
-Porfavor, ¿de qué estás hablando? Yo no amo a Natalia -dije.
-No, al igual que tú amas a Steban.
¿Qué? ¿Él creía que yo amaba a Steban?
-Ja, ¿en serio crees eso?
-Sí, vi ese sentimiento en tu mirada cuando estabas con él.
-¿En serio no te estás dando cuenta de lo que siento? -dije acercándome a él.
-No -dijo en un susurro, claro susurro para los vampiros.
-¿Entonces te lo demuestro? -dije y lo besé, él no se lo imaginaba y no pudo apartarse aunque no creo que quisiera hacerlo.
Entonces reaccioné y me separé.
-¿Qué pasa? -dijo Joseph al ver que yo me separa tan repentinamente.
-Lo siento, perdón -me disculpé-. No era mi intención, me dejé llevar.
-¡Eit! Tranquila. Tú no tienes la culpa. Fui tan tonto al no darme cuenta de que estabas enamorada de mí y también fui un tonto al dejar que me besaras...
Cuando dijo eso me rompió el corazón. Sabía que él no quería que lo besara pero no creía que fuera capaz de decirmelo.
-¡No! ¡Te equivocas! No fuiste un tonto, sigues siendo un tonto.
Me fui de ahí rápidamente, él me siguió pero después se dio cuenta de que nunca me iba a alcanzar, era demasiado rápida. Debí de darme cuenta antes, no sé como no lo sabía.
Tendría que enfrentar a Natalia sola. No me importaba. No era necesario pedir ayuda. Podía yo sola, nadie tenía que auxiliarme. Nadie. Ni siquiera el chico que me metió en esta pesadilla de la que es imposible salir.
Seguí el rastro de Steban y llegué al escondite de Natalia. No había por qué esconderme... ella sabía que yo estaba ahí.
En ese momento fue cuando me dí cuenta de la verdad. Ella sabía que yo existiría, que sería su descendiente y que llegaría ese mismo día al lugar en el que ella estaba. Donde yo estaba este mismo instante...

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