sábado, 21 de noviembre de 2009

Vampire Song Cap. 003.

-Lo lamento -dije sinceramente-, pero hay algo que no comprendo, ¿porqué cuando salí llorando del cuarto dijiste que yo era Natalia?
-Creo que me he aferrado un poco al recuerdo de ella.
Estábamos sentados en un tronco de un árbol que Joseph había derribado.
-Se supone que nosotros no podemos llorar, pero al parecer Natalia y tú sí. También pueden comer alimentos humanos. Yo he sobrevivido tomando sangre que he hurtado de los hospitales.
-¿Puedo sobrevivir comiendo comida de humanos?
-Sí, tienes suerte.
Se paró del árbol.
-Puedes irte si quieres -dijo y movió la cabeza señalando hacia adelante-. Anda prometo no molestarte de nuevo.
-Lo siento -dije y acto seguido me paré.
-Es mi problema, no el tuyo -dijo tratando de sonreír aunque el comentario había parecido algo grosero. También veía en sus ojos la carga que debía ser llevar el secreto de ser un monstruo sola. Por un momento imaginé en la idea de quedarme junto a él pero pensé que sería mejor recaudar información de Natalia.
Suspiré.
-Un placer conocerte -dijo extendiéndome la mano par que yo la estrechara.
-Igualmente Joseph -estreché su mano y lo abracé, no sé de dónde tomé las fuerzas para abrazarlo.
-Adiós -dijo cuando nos habíamos separado.
-No -dije. Él pareció confundido-. Nos vemos pronto.
Sonreí y él también.
Le di la espalda y caminé sin voltear al pasado hacia mi nueva vida...
¿A dónde iría? A un restaurante, obviamente. No podía ir a ninguna otra parte aunque ya me haya alimentado. Dejé de respirar y comí. No sentía el sabor de los alimentos, era como si sólo comiera.
Salí del restaurante y respiré. Ya podía respirar normalmente. Cerré los ojos y suspiré: amaba ser yo misma, no el monstruo que había devorado a aquel pobre hombre en un par de segundos.
Pasaron dos semanas, me inscribí en la universidad del pueblo en el que me hospedaría por unos años.
Conseguí un trabajo y una casa para no despertar sospechas. Aún no empezaba a ir a la universidad, eran vacaciones.
Pensé en lo que me había dicho Joseph. Joseph. Bueno, en realidad pensaba en él. Fue tan romántico al relatar la historia suya con Natalia. Supongo que él nunca la podrá olvidar. Es más, sé que jamás la olvidará, así que es mejor no hacerme ilusiones. ¿Dónde estará Joseph, por cierto? Aghh, daba igual.
Saqué las llaves de mi bolsillo y abrí la puerta de mi casa. Mmm... podría empezar la universidad en un año o dos, además, según lo había dicho Joseph: eramos inmortales.
Decidí cursar la universidad más adelante y mejor ir recopilando información de Natalia. Joseph dijo que vivía en Europa, exactamente España.
Busqué dos años enteros en todo el territorio de España y después una parte de Europa. Había cumplido 22 años, es decir dos años como monstruo. Desde hace dos año que Joseph me convirtió en lo que soy. Desde hace dos años que no le he visto, hace dos años que no cruzó una palabra con él.
Seguí buscando personas que conocieran a Natalia por cinco años, supongo que iba a ser imposible ya que ella vivió hace más de dos siglos. Tengo 27 años y no he encontrado a nadie aún...

viernes, 20 de noviembre de 2009

Vampire Song Cap. 002.

-¿Quién es Natalia? -pregunté.
-Era una chica genial -dijo Joseph perdido en sus propias palabras-. La conocí cuando íbamos a la escuela. Allá por 1808.
-¿1808?
-Soy inmortal.
-¿Porqué eso ya no me parece raro?
-Vivíamos en España. Era muy linda, parecida a ti -dijo ignorando mi comentario sarcástico-. Todo iba muy bien; de maravilla. Yo tenía 20 años y ella 19. Ya teníamos planes de boda.
Hubo un silencio en el que él se quedó viendo a la nada mientras yo contemplaba su rostro perfecto. Pasó una hora según mis cálculos.
-Todo se arruinó en una noche de luna llena. Oí unos aullidos y Natalia se asustó. Le dije que iría a revisar afuera. Me dijo que no fuera. Era como si ella supiera algo más.
Hizo una pausa y me obligué a insistirle.
-¿Qué paso?
-Salí a averiguar qué pasaba cuando vi a un hombre y a un lobo peleando. Quise ayudar al hombre y él se abalanzó sobre mi cuello. Lo siguiente que recuerdo fue un dolor intenso recorrer cada parte de mi cuerpo y después morder el cuello de Natalia y que ella cayera al suelo gritando y retorsiéndose de dolor. Corrí lo más rápido que pude, quería ocultarme de mi amor. No quería que me viera convertido en un monstruo.
-No querías... -hice un pausa corta y me obligué a continuar- que ella te viera haciendo lo que yo hice hace unos momentos, ¿cierto? -terminé en un susurro inaudible para lo humanos.
-Exacto -dijo-. La espiaba, nos volvimos a encontrar y vivimos un tiempo juntos. Nada de comprometernos o algo por el estilo, el amor nuestro desapareció en cuanto yo me convertí en lo que soy.
Suspiró.
-Decidí irme, supe después que se había casado y tenido a tres hijos, una niña y dos niños. Luego Natalia salió en los periódicos. Recuerdo muy bien lo que decía la nota. Era la principal: "Se encuentra a mujer de paradero desconocido desprendida de su cabeza". Es la única forma de matar a un vampiro.
Vampiro. Era la palabra que buscaba desde que maté a aquel hombre que estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado.
-Lo lamento -dije sinceramente-, pero hay algo que no comprendo, ¿porqué cuando salí llorando del cuarto dijiste que yo era Natalia?

jueves, 19 de noviembre de 2009

Vampire Song Cap. 001.

¿Cuánto tiempo he estado aquí? ¿Qué ha pasado?

-Hola, veo que ya te levantaste -dijo un chico entrado por la puerta.
Un chico desconocido. Me levanté lo más rápido posible, demasiado rápido para mi gusto, pero lo extraño fue que no me mareé.
-Tranquila. Soy Joseph. ¿Te llamas Dana?
-Ajá -fue lo único que se me ocurrió decir. Estaba algo confundida.
-Danny, ¿te importa si te digo así?
-No.
Relajé un poco la postura.
-Genial -dijo Joseph. Sonrió falsamente y me indicó con el dedo una puerta.
-¿Qué hay ahí? -pregunté desconfiada.
-Recuerdos.
-¿Recuerdos?
-De tu vida.
-¿Mi vida?
-Sí, anda, entra -me alentó.
Tomé un poco de aire y di unos pasos hacia la puerta. Tenía miedo de saber qué había detrás de aquélla puerta misteriosa que Joseph decía que contenía recuerdos. Cuando abrí la puerta olvidé todo, presente, pasado, futuro, todo se borró de mi memoria, sólo existían esos recuerdos que había dicho Joseph. Mi madre; Jenni, mi mejor amiga; mi padre disparandose con una pistola: ningún recuerdo bueno. Un mareo repentino llegó a mi pero se fue más rápido aún de lo que llegó. Empecé a llorar.
-¿Estás llorando? -preguntó extrañado Joseph.
-Sí, ¿cómo quieres que no llore con lo que me has mostrado?
-Es que... -sonrió ampliamente-, al fin te he encontrado... después de décadas... al fin... -me abrazó y yo estaba en shock, ¿porqué me abrazaba? ¿porqué decía que me había encontrado?-.
-¿Eh? -dije pero él me ignoró.
-Natalia te he estado buscando por más de 140 años, no sabes qué lento pasa el tiempo si buscas a alguien que después de 54 años te resignas a encontrar. Lloraría si pudiera.
-¿Natalia? Yo no soy Natalia, no sé con quién me confundas, bueno de hecho sí, con esa Natalia, pero yo no la conozco. No tengo idea de quién es Natalia.
-Tú eres Natalia -dijo con una risita.
-Estás obsecionado con Natalia y entíendelo yo-no-soy-ella.
Corrí lo más rápido posible, al parecer muy rápido. Pasaba todo rápidamente y aún así no tropezaba con nada. Era increíble. Algo captó mi atención, un olor extrañamente rico y que definitavemente no había olido en los 18 años que tenía viviendo. Corrí aún más rápido hacía donde provenía el olor. Al darme cuenta de lo que era traté de detenerme pero había llegado demasiado cerca de ese pobre hombre.
Dejé de respirar...
Pensé que sería imposible pero logré no respirar, luchaba contra mis instintos como podía pero sabía que no sería suficiente. Di un paso hacia mi víctima. No pude más y respiré ese riquísimo olor, en seguida mis sentidos reaccionaron y corrí hacia el hombre, él no me había visto pero en cuanto estuve al lado de él me escuchó. Sentí un brazo tratando de contenerme, en vano, pero lo intentaba. Joseph no podía detenerme, simplemente no podía, el hombre corrió, a mi no me importó sabía que lo alcanzaría si me lo proponía. Al fin logré zafarme del fuerte brazo de Joseph y corrí hacia el hombre, lo tomé y le partí el cuello, de él brotó sangre que bebieron mis labios con gusto, nunca antes había probado algo similar, era algo tan delicioso, él hombre murió devorado por mí.
Escuché unos aplausos pausados.
-Bravo -dijo Joseph algo disgustado.
Solté el cadáver... ya me había alimentado.
Bajó de la roca en la que se había aparecido y vino hacia mi lentamente.
-Tú no eres Natalia, mi Natalia nunca haría eso. Lo único que hice es hacer otro monstruo más en este mundo. Te dejaré seguir tu camino, espero y no sigas así.
-¡Joseph! -imploré.
-¿Qué quieres? -dijo frío e indiferente, en este tiempo que he estado con él no lo había visto así.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Pero rápido, no tengo tu tiempo.
-¿Quién es Natalia? -pregunté antes de que terminara de hablar.