viernes, 20 de noviembre de 2009

Vampire Song Cap. 002.

-¿Quién es Natalia? -pregunté.
-Era una chica genial -dijo Joseph perdido en sus propias palabras-. La conocí cuando íbamos a la escuela. Allá por 1808.
-¿1808?
-Soy inmortal.
-¿Porqué eso ya no me parece raro?
-Vivíamos en España. Era muy linda, parecida a ti -dijo ignorando mi comentario sarcástico-. Todo iba muy bien; de maravilla. Yo tenía 20 años y ella 19. Ya teníamos planes de boda.
Hubo un silencio en el que él se quedó viendo a la nada mientras yo contemplaba su rostro perfecto. Pasó una hora según mis cálculos.
-Todo se arruinó en una noche de luna llena. Oí unos aullidos y Natalia se asustó. Le dije que iría a revisar afuera. Me dijo que no fuera. Era como si ella supiera algo más.
Hizo una pausa y me obligué a insistirle.
-¿Qué paso?
-Salí a averiguar qué pasaba cuando vi a un hombre y a un lobo peleando. Quise ayudar al hombre y él se abalanzó sobre mi cuello. Lo siguiente que recuerdo fue un dolor intenso recorrer cada parte de mi cuerpo y después morder el cuello de Natalia y que ella cayera al suelo gritando y retorsiéndose de dolor. Corrí lo más rápido que pude, quería ocultarme de mi amor. No quería que me viera convertido en un monstruo.
-No querías... -hice un pausa corta y me obligué a continuar- que ella te viera haciendo lo que yo hice hace unos momentos, ¿cierto? -terminé en un susurro inaudible para lo humanos.
-Exacto -dijo-. La espiaba, nos volvimos a encontrar y vivimos un tiempo juntos. Nada de comprometernos o algo por el estilo, el amor nuestro desapareció en cuanto yo me convertí en lo que soy.
Suspiró.
-Decidí irme, supe después que se había casado y tenido a tres hijos, una niña y dos niños. Luego Natalia salió en los periódicos. Recuerdo muy bien lo que decía la nota. Era la principal: "Se encuentra a mujer de paradero desconocido desprendida de su cabeza". Es la única forma de matar a un vampiro.
Vampiro. Era la palabra que buscaba desde que maté a aquel hombre que estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado.
-Lo lamento -dije sinceramente-, pero hay algo que no comprendo, ¿porqué cuando salí llorando del cuarto dijiste que yo era Natalia?

No hay comentarios:

Publicar un comentario