martes, 1 de diciembre de 2009

Vampire Song Cap. 004.

Estaba sentada en una banca de un parque en París cuando escuché a unos muchachos hablando de mí.
-¿Cuánto a que la invito a salir? -dijo uno de ellos.
-Ja, nunca te haría caso. Ni su número creo que puedas conseguir -dijo el otro.
-¿Cuánto apuestas a que mínimo su número consigo?
-Ja, si lo consigues te pago un helado, sino me pagas uno tú a mí.
-Está bien.
Estrecharon sus manos y el chico que habló primero se acercó a mí creyendo que yo no había escuchado nada.
-Hola, soy Steban.
Sonreí falsamente.
-Mucho gusto -dije.
-¿Cómo te llamas tú? -dijo al ver que yo no le dije nada.
-Dana.
-Lindo nombre.
-Gracias -dije por educación.
Sonó su celular.
-Rayos -maldijo en voz baja, claro que yo oí-. ¿Bueno?... No... Brenda no quiero ir... No me interesa... ¿Dónde está Natalia?... ¡¿Qué?! ¡Esa chica está loca!... No... -bajó la voz ignorando que lo escucharía-. No por que sea vampira Natalia y nadie sea capaz de retarla va a morder a mi primo, esa chica está loca. Todo por la depresión de ese tal Joseph. Odio oficialmente a Natalia Roberts -dijo y al instante colgó.
-¿Joseph? -pregunté en voz alta-. ¿Natalia Roberts? ¿Vampira?
Steban volteó a verme sorprendido de que lo haya escuchado.
-¿Escuchaste eso? Pero yo nunca dije algo parecido -dijo creyendo que me la iba a creer.
-He estado buscando a Natalia por más de 5 años. ¿Cuántos años tiene?
-No quiero involucrarte. Si bien es una vampira, es muy cruel, la típica vampira chupasangre.
-Ja, yo soy una vampira -no sé de dónde tomé las fuerzas para decir eso, pero lo dije.
-Oye, ¿eres una vampira? No te creo.
-En serio.
-Hace un rato comías helado.
-Natalia también puede.
-¿Natalia? No creo que pueda ya que todas las noches cena a alguien.
-Si quieres puedo cenar a alguien también hoy en la noche para que veas que no miento...
Puso una cara de espanto que me hizo reír.
- ... o claro podrías creerme y dejarlo todo así.
-Me quedo con la segunda opción.
-Siempre funciona -dije quiñandole un ojo.
Al fin encontraría a la tal Natalia, a la chica que le rompió el corazón a Joseph (claro si se puede decir que los vampiros tienen corazón).
-¿Dónde está Natalia? -pregunté.
-Acompáñame.
-No vallas -escuché. Claramente era la voz de Joseph.
Me paré en seco y volteé para todos lados.
-Joseph, sal de donde estés o iré a sacarte.
-Dana, ¿estás bien? -preguntó Steban.
-Sigue, yo te seguiré de lejos en un rato. Tengo que buscar a alguien.
-¿Otro vampiro? -dijo con sufrimiento.
-¿Te ha hecho algo Natalia? -pregunté.
Levantó su mano y se arremangó la camisa. Vi una herida en su antebrazo. Tenía la forma de colmillos de vampiro.
-Estuvo a punto de matarme -dijo Steban.
Lo tomé del brazo y examiné la herida.
-Es por eso que vengas aquí, ahora Joseph -dije en un volumen que Steban no conseguiría escuchar.
-Adelante -él se mostró confunfido, lo dije más claro:-¡Vete!
Steban caminó, sería fácil seguir su rastro.
-¿Ahora te atreverías a mostrar tu cara cobarde? -pregunté a la nada estando segura de que Joseph me escucharía.
-Aquí no. No me he alimentado y quisiera que fueramos a un lugar menos concurrido.
-Como quieras -dije fastidiada.
Él sabía de lo que era capaz Natalia y no me lo había dicho nunca.
Natalia Roberts. Es algo mío y quisiera que no fuera así. ¿Qué pasaría si supiera ella que yo era parienta suya? ¿Tomaría en cuenta no matarme? No lo creo. Estuvo a punto de matar a Steban, un completo desconocido. No era tan diferente conmigo. También yo era una completa desconocida.
-¿A dónde quieres ir, Joseph?
-¿Qué tal a u departamento? Sé dónde queda.
-¿Me has estado siguiendo?
-¿En serio no te habías dado cuenta? Así no podrás pelear con Natalia.
-¿Entonces no estás de su lado?
-Aún no creo que ella haya sido capaz de hacerle tal cosa a tu amiguito Steban.
-No es un amigo, es un conocido.
-Un conocido muy conveniente, ¿cierto?
-Sí, ¿pero eso a ti que te importa?
-Mucho, ya que es conocido de Natalia también.
-Sí, Natalia es muy importante en estos momentos, ¿verdad?
-Sí, ¿porqué? ¿Estás celosa?
Iba a responder cuando se me adelantó:
-No, claro que no, tú no sientes más que odio hacia mí.
Todo lo que siguió del camino ibamos en silencio; él a metros de mí, yo a metros de él.
Llegamos a mi departamento y al fin nos encontramos frente a frente. Lo miré. Me miró. No le di importancia y saqué las llaves.
-¡Por Dios! En serio te has acostumbrado a actuar como humana, estoy seguro de que ya ni siquiera hueles las toneladas de sangre que se encuentran a tu alrededor.
-Ese es el plan -dije sumida en mis recuerdos. Muy pocos debería decir.
Abrí y entramos. Antes de que pudiera haber dicho algo, él habló:
-Has... estado tratando de desenterrar tu historia, ¿cierto? -dijo. No era cierto, en realidad trataba de desentrerrar la de Natalia y no había encontrado nada en estos cinco años... hasta hoy.
-Sí -decidí decir, veamos que tiene para decirme.
-Natalia es tu tatarabuela.
Eso que dijo ya me lo imaginaba, no así, pero algo parecido.
-No es sorpresa, algo así pensaba antes de que me dijeras.
-Natalia Roberts... -empezó y después se le quebró la voz, dejó de hablar y comenzó de nuevo:- Todo lo que te dije es mentira. Natalia fue quien me convirtió, ella fue quien escapó pensando que me había matado y creyendo que la encontrarían y la matarían. Ella nunca me amo, más sin embargo yo sí. Ella hizo lo que Steban dice, lo vi en sus ojos. No pensé que llegaría tan lejos, pero me equivoqué y aún así es imposible que la siga amando...

No hay comentarios:

Publicar un comentario