miércoles, 30 de diciembre de 2009

Vampire Song Cap. 009.

-Oye, sobre que tú eres vampira, él me dijo que era una mentira.
-¿En serio te dijo eso?
-Sí.
En serio que Joseph se había vuelto loco. Había cambiado mucho las cosas pero, ¿para qué intentar cambiarlas si igual sería lo mismo?
-¡Oh!
-¿Es cierto? -me preguntó Steban.
-Sí -dije vacilante-. Sólo que, ¿no te gustaría ser vampiro?
-No -dijo pérdido en la nada.
-Cierto, tienes razón.
Me paré del sillón y fui hasta la puerta de entrada de mi casa. Joseph debió de traerme. Salí y caminé, poco después escuché unos pasos casi alcanzándome, no se necesitaba ser vampira para saber que era Joseph.
-¡Hey! ¡Hey! ¡Dana! ¡Espera! -decía corriendo como un humano lo haría.
Apresuré mi marcha.
-¿Qué quieres? -dije harta volteandome hacia atrás para encararlo.
-No lo sé -respondió tranquilamente-. ¿Un gracias, tal vez?
-Gracias -dije a la fuerza, me di media vuelta y seguí caminando pero Joseph me tomó del brazo.
-Dana... -otra vez igual. Lo volvió a decir. Del mismo modo en que lo había hecho cuando escapó de la habitación antes de que Steban llegara.
-¿Esta vez también vas a desaparecer después de decir mi nombre? -dije irritada.
Fue muy tarde ya que él se fue justo cuando terminé la frase.
-Lo supuse -dije en voz baja y seguí caminando.
¿Porqué Joseph aparecía como queriendo decir algo o disculparse, luego decía Dana y desaparecía? ¡¿Porqué?!
Estaba sentada de espaldas a la ventana en mi cama aparentando estar dormida para que Steban se siguiera creyendo el cuento de que a mí me gustaba fingir ser vampira.
Sólo miraba a un punto fijo.
Sentí la brisa del aire cuando la ventana se abrió.
-¿Qué quieres ahora? -pregunté sin mirar hacia atrás. Sabía perfectamente quién era... de nuevo.
-Sólo quiero hablar contigo. Tranquilamente. Como amigos.
-¿Y quién dijo que lo eramos?
-Vamos, Dana. No puedes estar enojada conmigo toda la eternidad.
-Obsérvame -dije desafiente volteando por fin hacia Joseph.
Me paré y lo empujé hasta la ventana.
-No -dijo y se paró en seco. Mis intentos de sacarlo de mi actual casa eran inútiles. Él era un vampiro fuerte, más fuerte que yo-. No me iré hasta que podamos hablar como gente civilizada.
-Ese es el problema: no somos gente civilizada, no somos gente para simplificarlo. Y como dijo Steban cuando le dije que si no le gustaría ser vampiro: "no".
-¿Planeabas convertirlo? -dijo alejándose de mí.
-No, sólo seguí tu jueguito de "nunca estuve con Natalia". Y entonces para que él siguiera creyendo que yo no era vampiro, dije que fingía serlo y para conseguir más credibilidad le dije que si no le encantaría serlo. ¿Ahora quieres decirme porqué le dijiste todas esas mentiras?
-Eso es a lo que vine, pero tú no me dejabas. Él no tiene que saber nada sobre ti, él conoce a Natalia, te pondría en peligro si le dijera la verdad.
-Natalia se fue, ¿no? Entonces no hay nada de qué temer, ¿cierto?
Vi la cara de Joseph que decía: "Em... sí".
-¿Cierto? -volví a preguntar.
-Ella huyó -dijo acentuando la palabra "huyó".
-Exacto, quieres decir que escapó. Tiene miedo, entonces. No volverá.
-Natalia con miedo es muy raro de ver.
-¿Osea que no se fue? -pregunté aterrorizada.
-No, ella se fue, pero tengo más que claro que va a volver para matarte. Ella no pudo soportar que yo haya decidido no matarte.
-Oh, sí, gracias -dije sarcásticamente.
-Ella te odia por mi culpa.
-¿Ah, sí? ¿Y tú que tienes que ver con todo esto? -dije desafiante, acercándome.
-Porque cuando te desmayaste yo le dije que te amaba -gritó.

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